Un día en el mundo



El cielo y el mar son inmensos, inabarcables. Pero el niño no parece darse cuenta, está concentrado en su pequeña aventura del día, saltar de un banco a otro. Para otros será algo nimio, pero para él es su gran audacia, la odisea de esa jornada. No volverá a ser el mismo después de ese salto, pero no es tampoco un cambio radical, es un pequeño paso adelante, un capítulo más dentro de una historia mayor, una etapa que se ha desarrollado de forma natural dentro de una evolución larga.